Somos lo que aprendemos.
Nuestra personalidad, el patrón recurrente de actitudes y conductas que ponemos de manifiesto ante nuestro entorno, se forja a través de las experiencias de la vida. Y las experiencias tempranas son determinantes en esta estructura.
Experiencias tempranas de las que ni siquiera somos conscientes, o al menos no de la relación que guardan hoy con mi manera de ser.
Así, puedo no ser consciente de:
- Que si hoy tengo dependencia emocional es porque en el pasado sufrí experiencias de abandono.
- Que si hoy demando demasiada atención en los demás es porque en el pasado no me sentí querido.
- Que la mayoría de mis miedos actuales tienen que ver con experiencias traumáticas del pasado.
- Que mi autoconcepto se ha formado a través de creencias erróneas fruto de malos aprendizajes.
- Que mucho de lo que no sé o de lo que hago mal en mis relaciones con los demás tiene que ver con malos modelos de vida.
De ahí la importancia de la toma de consciencia para el cambio. Sólo cuando soy consciente de una mala actitud o conducta que repito casi de manera automática una y otra vez, porque es lo que he aprendido a hacer, y cuyas consecuencias son negativas para mí y/o para otras personas, puedo cambiar esa actitud o conducta. Y dejo entonces de hacer o hacerme daño, y me acerco un poquito más a la felicidad.
De ahí, la importancia de conocernos. Por eso este sábado 12 de Enero hago el Taller de Autoconocimiento: una cita contigo mismo. Una cita para conocerte mejor y detectar esos condicionamientos que te están provocando dolor y sufrimiento, ¡y darles la vuelta! En definitiva, una cita para descubrirte y reinventarte.
Porque las personas somos los que aprendemos. Pero nunca dejamos de desaprender y de aprender de nuevo.
Porque a fin de cuentas: SOMOS CAMBIO.
Te deseo mucho cambio, mucho crecimiento personal para este año que recién empieza. Y qué mejor manera de empezarlo, que teniendo esa cita contigo mismo. Si estás en Málaga allí te espero, y si no, recibe como siempre ¡este abrazo!