ACEPTAR LA PARTE INJUSTA DE LA VIDA

27/08/2019

Aprovecho Agosto para descansar un poco y publicar algunos de mis posts antiguos más leídos. Así, recordamos ideas muy útiles a las que siempre viene bien hacer un repaso, ya que en psicología tan importante es lo que conviene aprender, como desaprender, como recordar.

 


Esta semana, ACEPTAR LA PARTE INJUSTA DE LA VIDA. Un post que escribí en abril de 2015 y que trata la relevancia que tiene la aceptación en nuestro bienestar psicoemocional. Que lo disfrutéis y aprovechéis, ¡un abrazo!

 

Os propongo reflexionar un momento sobre la siguiente frase:

 

 

Veamos sus posibles implicaciones:

  • No implica que haya que ser mala persona.
  • No implica que para ir a una corrida de toros debas hacerte vegetariano para que el toro no te ataque.
  • Implica ACEPTAR que la vida a veces puede tratarte mal... Hagas lo que hagas.

Sin embargo, esta verdad cuesta mucho asumirla. Nos resistimos a aceptar. Y esa resistencia nos agota y a veces nos hunde en desesperación.

 

No es difícil, por ejemplo, imaginarse a alguien convencido de que si mantiene una actitud positiva y se esfuerza y persevera, las cosas le saldrán bien, y que sin embargo, tras un par de fracasos consecutivos, ese optimismo que le caracterizaba se convierta en indefensión aprendida.

 

Indefensión aprendida = Haga lo que haga no servirá de nada.

Aceptar = ESTO no ha servido de nada.

 

Cuando no aceptamos los sucesos negativos en nuestra vida, ya sean fracasos, pérdidas o traumas, es porque nos aferramos a las expectativas que teníamos. De tal manera que no dejamos de pensar: "Esto no debería haber pasado". No debería haberse terminado, no debería haberme tocado a mí, no debería haber sido así.

 

Debería. ¿Quién es el que debe nada a nadie? ¿El Universo, Dios, el Presidente?

 

Tú te debes Felicidad a ti mismo.

 

Pero cuando nos fallamos, nosotros somos los primeros que nos hacemos daño, negando ese Gran Deber que tiene todo ser humano a tratar de ser feliz. Éste es el razonamiento al que muchas veces llegamos:

 

Me porto lo suficientemente bien como para que me pasen cosas buenas ---> Me ha pasado algo malo ---> No soy bueno ---> No merezco felicidad

 

Una falacia absoluta, porque estamos partiendo de una premisa errónea que es: por ser bueno (me esfuerzo, trabajo, me porto bien, pago mis impuestos, etc.) sólo, única y exclusivamente me deberían pasar cosas buenas.

 

Pero ya sabemos que la vida no funciona así. En el mundo hay bien y hay mal, y mientras antes aceptemos la adversidad, más pronto podremos superarla.

 

Así que deja de dirigir tu foco atencional a la Acción, lo que pasó y no puedes cambiar, y empieza a dirigirlo hacia tu Reacción, lo que vas a hacer aquí y ahora para conducirte hacia la felicidad.

 

Esa felicidad incompleta, inexacta e inestable, pero posible, muy posible, en un mundo injusto, pero lleno de posibilidades.

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