5 semanas pa´ 6 de confinamiento desde que fue decretado el estado de alarma en España. Y supongo que la situación ya es cargante para muchos.
El presidente Pedro Sánchez anunció el pasado sábado que se iban a flexibilizar las medidas para niños menores de 12 años, permitiéndolos salir a la calle cerca de sus casas y acompañados por un adulto. Durante esta semana se está discutiendo cómo llevar a cabo esta medida de flexibilización y la posibilidad de incluir alguna más, como permitir también hacer ejercicio individual en la calle.
Mi opinión, como psicólogo general sanitario colegiado, es rotunda en este sentido: SÍ. Ha llegado el momento de permitir a la gente salir para, al menos, andar, correr y hacer otros ejercicios individuales (estiramientos, bicicleta, cardio), como mínimo en las zonas con menos contagios. Y soy muy firme en este sentido por varias razones:
- La gente no solo se muere de coronavirus. En 2018 (todavía no disponemos de los datos completos de 2019) cada dos horas y medias se suicidaba una persona en España, 10 al día, 3539 personas en todo el año (fuente aquí). Los motivos son varios, pero influye muchísimo el desempleo y la incertidumbre económica, dos factores de riesgos que ahora se han incrementado, de forma desorbitada, debido a esta crisis sanitaria.
- Por supuesto, las personas que están desesperadas y contemplan la idea de suicidarse, no van a cambiar de idea simplemente porque les dejes salir a la calle. Pero vamos a hacer un análisis más profundo de este asunto: no es una situación económica complicada o situaciones de soledad o de abandono o un trauma o una decepción o cualquier otro tipo de condicionante externo lo que lleva a la gente a suicidarse, no. Son los sentimientos de depresión, angustia y desesperanza que vivencia la persona. Y está demostrado, por la investigación científica al respecto en el campo de la psicología, que el sol, el aire, andar, hacer ejercicio... tiene un impacto positivo sobre nuestras emociones, y eso ayuda, eso es un factor de prevención que puede ayudar a estas personas a sobrellevar sus situaciones particulares difíciles y los sentimientos de dolor asociados.
- Sin embargo, mi propuesta para que se pueda salir a andar y hacer ejercicio (siempre individualmente) no es solo para ayudar a personas en riesgo de suicidio. Hay muchas, muchísimas personas, que sin llegar a plantearse el suicidio como opción, lo están pasando muy mal, lidiando, quizá en soledad, con sentimientos depresivos y de ansiedad que si bien no los van a matar ahora, suponen problemáticas que pueden empeorar y cronificarse más adelante, y que guardan cierta correlación (no hay causalidad pero sí conexión, es decir: no causa pero facilita la probabilidad) con enfermedades coronarias o cáncer. De nuevo, por el simple hecho de andar y hacer ejercicio quizá estas personas no dejen de estar deprimidas o tener problemas de ansiedad. Pero, al igual que al coronavirus no lo vamos a eliminar solo quedándonos en casa sino que reducimos su riesgo, salir a la calle a hacer ejercicio reduce el riesgo de aparición, empeoramiento y cronificación de trastornos del estado de ánimo, porque es una actividad que ayuda, que tiene un impacto positivo sobre nuestra salud mental y emocional.
- Por otro lado, son ya muchos los expertos que señalan que, ¡ojo!, atención sanitaria para esta pandemia toda la que haga falta, pero no nos olvidemos de los que van a vivir. Ocupémonos de las personas que pueden morir por culpa de este maldito bicho, pero no podemos abandonar a los autónomos que han cerrado su negocio, los trabajadores que se han quedado sin empleo, los que lo mantienen pero no saben hasta cuándo y en qué condiciones... El impacto económico de esta crisis no va a ser pequeño y, por supuesto, lleva aparejado un impacto psicológico y social muy importante. Por ello, todos los expertos coinciden en que hay que llevar a cabo estrategias que busquen reducir el riesgo de muertes y contagios al tiempo que se minimiza también el impacto sobre el trabajo y la economía. Ahora, que la curva ya está bajando en España, hay que empezar a reducir las medidas de confinamiento, para iniciar ya esa "desescalada" de la que habla el Gobierno, no solo para propulsar la recuperación económica cuanto antes sino para comenzar a dar ya también algo de confianza a tantas personas absorbidas por la incertidumbre y por expectativas muy pesimistas.
- Y por último, no nos podemos olvidar de nuestros mayores. Sí, esos mayores que hoy son el principal grupo de riesgo de la COVID-19, también sufren de artrosis u otras enfermedades degenerativas, y necesitan moverse. Los médicos, tanto a ellas como a otras personas no ancianas pero que también tenemos enfermedades muscoequeléticas (yo, por ejemplo, tengo dos hernias discales que me ocasionan fuertes y frecuentes dolores de espalda) nos recomiendan andar, correr, movernos... como tratamiento para nuestra enfermedad. Y, a veces, el espacio reducido de una casa no es suficiente y los dolores y enfermedades se agravan.
Considero, y es mi opinión particular como profesional (y como ser humano), que por las razones que acabo de exponer, la medida que implique permitir a los mayores de 12 años, de manera individual, salir a la calle a hacer ejercicio, se debería implementar ya, a partir del siguiente periodo del estado de alarma, es decir, a partir del 26 de abril. Ahora bien, soy consciente de que esta medida conlleva riesgos para la prevención de la propagación del coronavirus: que haya personas que no respeten la obligación de individualidad de estas actividades y aprovechen para hacer interacción social o que se produzcan situaciones de aglomeración que dificulten el distanciamiento.
Bien, pues eso, lleva pasando desde el primer día en los super e hipermercados. Desde el primer día. Y la gente, como hemos visto, no solo necesita comprar porque no solo se puede morir de hambre (en España muy pocos). Ahora bien, que una cosa se haga mal desde el primer momento no es justificación para que otras cosas también se hagan mal. Si una medida que es buena, como permitir a las personas salir a andar y hacer ejercicio individual, implica problemas y riesgos, lo que habrá que hacer entonces es buscar soluciones a esos problemas y tratar de controlar esos riesgos:
- Vigilar el tránsito de gente, a través de las distintas fuerzas de seguridad, al igual que se controla el tráfico de vehículos cuando hay mucho flujo. Y esto, sobre todo, se podría hacer poniendo más policía en las zonas con más afluencia de deportistas, como parques o paseos marítimos.
- Informar y concienciar a la sociedad de la importancia de cumplir con las medidas de flexibilización siguiendo todas las precauciones obligatorias.
A ese respecto, recuerdo una cosa que es esencial, que deberíamos saber todos y tener siempre en cuenta, y que son las medidas de protección recomendadas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para las personas que viven en zonas donde se está propagando la COVID-19 (como España) y que son, y solo son, las siguientes:
- Permanecer en casa siempre que se encuentre mal, aunque la sintomatología sea leve.
- Mantener el distanciamiento social (recomendable 2 metros; mínimo 1 metro).
- Lavarse las manos, sobre todo antes de salir de casa y al regresar.
- Usar mascarillas solo es obligatorio si se está en contacto cercano con enfermos o población de riesgo (ancianos, personas con patologías previas) o si se forma parte de esa población.
- Limpiar con desinfectante las zonas y objetos de uso público: autobuses y otros transportes públicos, carritos de los supermercados, asientos de consultas médicas y psicológicas, etc.
No soy político y no depende de mí que la medida se tome. Solo quería, con este texto, poner el énfasis, una vez más, en la importancia de la salud mental y emocional, ya que no solo sufrimos o nos morimos porque nos contagiemos de un virus. El sol, el aire fresco, andar y el ejercicio son muy importantes. Y me acaba de llegar la noticia (publicada en el Diario Sur) de que los expertos en Sanidad ya están asesorando al Gobierno para que el siguiente paso de la "desescalada" sea permitir el ejercicio individual en el exterior. Es una buena noticia, pero bajo mi criterio esto debería hacerse ya, este 26 de abril. Porque si esa progresiva flexibilización de las medidas de confinamiento es demasiado tardía y lenta...
... eso también se va a llevar muchas vidas.
Cada vida cuenta. Cada paso, también.
Cuestiona todo lo que escribo (en un tema tan controvertido como este, más todavía); la duda nos acerca a la verdad.
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