Existen muchas definiciones para el concepto alma. Una de ellas se refiere a que, en algunas religiones (o culturas o corrientes filosóficas), el alma es la sustancia espiritual e inmortal del ser humano. Quien me conoce sabe que no soy creyente. Pero no creer no implica saber, así que no me detendré a rebatir esa definición, simplemente analizaré el concepto "alma" por otro lado.
Otra explicación del término "alma" es la que sigue ---> la parte inmaterial que, junto con el cuerpo o parte material, constituye el ser humano. Esta definición sí me interesa más porque divide al ser humano en dos partes: la parte material, cuerpo, y la parte inmaterial (alma).
A raíz de aquí, me surgen varias preguntas que trataré de responder en este post: ¿qué es, exactamente, esa parte inmaterial considerada el alma?; ¿alma y cuerpo están conectados?; ¿somos, al tener una parte inmaterial a la que podemos (o no) llamar alma, seres espirituales?
Para responder a estas preguntas, intentaré usar razonamientos científicos y objetivos.
En primer lugar, la ciencia, a día de hoy, no ha sabido responder a la pregunta de si tenemos alma, pero sí sabemos, gracias a ella, que tenemos Sistema Nervioso. Debajo de nuestra piel y nuestros músculos, existe un complejo conjunto de millones y millones de células cuya actividad química y eléctrica depende de la estimulación externa que reciben a través de nuestros órganos externos (los sentidos) y nuestras funciones motoras y cognitivas a su vez dependen de aquella actividad. Las funciones cognitivas del cerebro (memoria, pensamiento, imaginación) generan consciencia: el conocimiento de la propia existencia, de mi historia, de mi identidad y realidad subjetiva. Ese conocimiento, en forma de pensamientos, supone también estimulación que reciben las células de nuestro Sistema Nervioso y que alteran, de una manera u otra, su actividad química y eléctrica. Ni las células del Sistema Nervioso ni la mente (el conjunto de nuestras capacidades cognitivas) se tocan o se ven (a no ser que sea con un microscopio, en el caso de las células). Es decir, son inmateriales. Pero existen.
En segundo lugar, el cuerpo, el Sistema Nervioso y nuestra mente, por supuesto que están conectados. Sin un cuerpo no podría recibir información sensorial, sin un Sistema Nervioso esa información sensorial no llegaría al cerebro en forma de actividad química o eléctrica y cuando llega al cerebro se transforma en mente (recuerdos, pensamientos, deseos...). Todo, por tanto, está conectado y son necesarias todas las partes para que se dé el todo, queramos llamar a ese todo ser humano, persona, vida o lo que sea.
En tercer lugar, habría que preguntarse qué es "ser espiritual". La RAE, en su primera acepción del término "espíritu", dice: "ser inmaterial y dotado de razón". En este sentido, somos espirituales ya que nuestro ser está formado por entes (o sub-entes) inmateriales, aunque no independientes, pues recordemos que todos ellos forman parte de un todo y que dentro de ese todo está el cuerpo, que es material. Por otra parte, la RAE también define la palabra espiritual como "Dicho de una persona: Muy sensible y poco interesada en lo material". Y este es un buen punto para detenerse.
Porque, si retrocedemos al "segundo lugar", recordemos: necesitamos un cuerpo para recibir información sensorial que llega al Sistema Nervioso y de ahí al cerebro, generando nuestros pensamientos. Pero, ¿de dónde recibimos esa información, aparte de nuestra propia mente?
De la vida. De la parte material de esta... y de la no material. El conjunto de millones de células que forman nuestro Sistema Nervioso y cuya actividad luego va a ser transformada en consciencia, recibe información sensitiva de lo que vemos, de lo que tocamos, de lo que olemos, de lo que oímos y de lo que saboreamos. Pero también de los químicos que hay en el propio ambiente o de su actividad eléctrica. Y por supuesto, de las emociones. Somos capaces de percibir emociones y de sentirlas: el sistema límbico es la parte del cerebro encargada de regular las respuestas fisiológicas y las emociones. De nuevo, estamos hablando de información que viaja por nuestro Sistema Nervioso en forma de químicos o electricidad y que es traducida en nuestro cerebro. No se ve (en muchas ocasiones no lo vemos), no se toca. Pero lo percibimos, lo sentimos. Es inmaterial, pero existe. Y se llama vida.
No sé si existe un ser independiente a nosotros que sobreviva cuando estemos muertos, simplemente no creo en él. Pero, solo soy psicólogo, así que no importa demasiado lo que crea o no. Pero lo que la ciencia sí sabe es que somos mucho más que un cuerpo, que un universo de millones de células dentro de ese cuerpo, y que un cerebro que alberga mente y emociones. Somos vida. Porque todo lo anterior no sería posible, sin una vida que está siendo vivida.
Y que, independientemente de lo que nos depare el más allá, merece que la cuidemos, tanto la parte material como la inmaterial (lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos sentir a los demás), aquí y ahora.
Cuestiona siempre lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.
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