La respuesta de estrés es una reacción psicofisiológica ante los estímulos del ambiente.
Hasta aquí todo normal. Pero, ¿cuándo se dispara esa respuesta? Porque el ambiente posee muchos estímulos, ¿todos son estresantes? No, aunque sí todos son susceptibles de provocar una respuesta de estrés. Si valoramos el estímulo (la tarea, la interacción, la demanda) como muy difícil, a nosotros como muy pequeños frente a él, y sobrevaloramos las consecuencias negativas de no hacer bien el estímulo, es normal que se dispare esa respuesta, ¿no?
Imagínate a alguien que ha de, simplemente, interactuar con otra persona. Y se dice: "Hablar con otras personas es muy difícil, yo no soy nada bueno para eso, ¡y encima si lo hago mal seguro que todo el mundo va a pensar fatal de mí!" Confianza a tope, ¡yupi! Pues, añadamos algo más a todo eso: la valoración que hago de mi propia respuesta de estrés. "Qué nervioso estoy, no debería sentirme así... ¡es insoportable!" Resultado: miedo no... ¡pánico!
Por tanto, para manejar nuestra respuesta de estrés:
- Démosle al estímulo la dificultad que realmente tiene. Hagamos un análisis y juicio realistas. ¿Dónde están las dificultades, qué puedo hacer para tratar de superarlas? Pongámonos metas que sean alcanzables. Pidamos ayuda si la necesitamos. Renunciemos a cosas, no podemos con todo.
- Confiemos en nosotros mismos. ¿Nos conocemos, sabemos cuáles son nuestras capacidades y potencialidades, creemos en ellas? Enfrentémonos a los retos para, a través de la evidencia, demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces.
- Relativicemos las consecuencias negativas de hacerlo mal. ¿Tan trágico es? El fallo, el fracaso, el rechazo, el ridículo... ¿los estamos demonizando? ¿Nos dice todo eso que somos inferiores... o solo que somos humanos?
- Permitámonos sentir emociones difíciles como el estrés, la ansiedad, la vergüenza... No tratemos de suprimir el miedo; aceptémoslo, integrémoslo en nuestra vida y, simplemente, acompañémoslo con respiración y autoverbalizaciones que sean positivas, relajantes y amables (mantras).
Por ejemplo:
- "Puedo hacerlo mal y no soy menos válido por ello. Y puedo estar nervioso y no significa que no sea capaz de hacerlo bien".
- "No he de poder llevarlo siempre todo para delante".
- "Ninguna garantía; todas las posibilidades".
- "Si va bien, bien; y si no, algo aprenderé".
- "No sé si lo haré; pero sí sé que puedo hacerlo".
- "Valiente no es el que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo" (Nelson Mandela).
- "Hazlo. Y si te da miedo, hazlo con miedo".
Y esta que está inspirada en unas palabras de Brené Brown en su conferencia TED sobre la vergüenza (puedes verla en Youtube... imprescindible): "No queremos que seas perfecto. Solo que entres en el ruedo y te atrevas a hacer tu pequeña gran osadía".
Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.
Si te gustó el post, porfa, no te lo quedes solo para ti, compártelo.
Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta Málaga y online para el resto del mundo.
¡Un abrazo!