A continuación voy a enumerar una serie de hábitos que pueden llegar a ser muy beneficiosos para nuestra salud mental:
- Apagar las luces de las habitaciones que no están siendo usadas.
- Echar combustible en gasolineras low cost.
- Poner las lavadoras en horarios de tarificación más económica.
- Hacer listas de la compra para gastar solo en aquello que realmente se necesite.
- Hacer una hoja de ingresos y gastos y reducir o eliminar lo que se pueda.
- Ahorrar para imprevistos.
- Usar más la bici, los patinetes o los pies.
-...
Sí, efectivamente el estrés económico puede ser muy perjudicial para nuestra salud mental. Y no solo el estrés económico. Occimorons, genial psicólogo y viñetista al que puedes seguir en Instagram, nos lo explica mejor con esta frase: "Salud mental es también tener un trabajo estable con un sueldo digno que nos permita construir un proyecto de vida". Pues sí, la precariedad laboral afecta, y mucho, a la salud mental. Y si no que se lo digan a nuestros jóvenes (y a los no tan jóvenes también).
Por eso, a la lista que he hecho antes, yo añadiría una acción que puede ser decisiva para nuestra salud: votar. Porque las decisiones en política influyen en el modelo económico y laboral de una sociedad. Y ese modelo, por supuesto, influye en nuestra salud mental.
Este próximo domingo, en España, son las elecciones municipales y, en algunos sitios, también las autonómicas. Yo vivo en Málaga y tengo muy claro que no voy a votar al actual alcalde, Francisco De La Torre, del Partido Popular. Málaga, al igual que otras ciudades como Madrid o Mallorca, se ha convertido en un lugar tensionado económicamente. Los precios de las vivienda en propiedad y de los alquileres han subido de manera desproporcional a los sueldos y a eso se le une el aumento del precio en todo lo demás. No estoy de acuerdo, para nada, en el modelo liberal o neoliberal de políticos como De La Torre, Ayuso u otros del Partido Popular. Las políticas de derecha defienden un modelo basado en la competitividad y en la cultura exacerbada del esfuerzo. Eso, aparte de no coincidir con mis valores, no es sano. Es estrés. Mucho estrés. Cada vez hay que saber más y trabajar más para poder acceder a lo mismo que antes no costaba tanto. ¡Y eso si llegamos!
Pfff... Qué agobio, ¿no? Me dan ganas de decirles "¡Dejadme vivir en paz, cooooño!" ¿A ti no? En serio, no creo que el capitalismo, al menos no el capitalismo extremo que defienden algunas corrientes políticas, sea bueno para la salud, ya seas de izquierdas o de derechas. No creo que el ser humano esté preparado para soportar tanta tensión como la que genera el crecimiento económico ilimitado. Los recursos del planeta no son ilimitados. Los de las personas, tampoco.
Y, con la que está cayendo, con la que está cayendo, quizá no sería mala idea que, a la hora de votar este domingo, también pienses en la salud mental.
Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.
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Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. También tengo un libro fantastioso llamado La dictadura de la felicidad.
Y, ya pienses de una manera u otra o como te dé la gana, ¡recibe este abrazo!