Una neura la podríamos definir como una preocupación excesiva y persistente.
Hay neuras muy personales, que tienen que ver mucho con nuestra historia individual. Por ejemplo, si viviste situaciones de ruina económica en tu familia es muy probable que te preocupes bastante por el dinero.
Hay otras neuras que son muy sociales, muy propias del colectivo, y muy comunes por tanto. Están muy influenciadas por la cultura y el estilo de vida y de pensamiento de cada comunidad.
Y entre esas, hay una que si no se lleva la palma, ahí está, ahí ahí.
Estoy hablando de la neura de ser normal.
Hoy día, hay mucha gente obsesionada por ser normal.
Por vestirse normal, por hablar normal, por hacer lo que, "supuestamente", hace la gente normal. Porque creen que eso es lo que necesitan hacer para ser aceptados y queridos por el grupo y así encajar en él.
¡Y ojo! Ese deseo es totalmente normal. Es biológico. Somos animales sociales y, como tales, el grupo es básico para nuestra supervivencia, y si nuestro cerebro detecta aislamiento o marginación social, dispara nuestro miedo, nos pone en alerta, ¡nos avisa de que necesitamos al grupo!
El problema aparece cuando no sabemos muy bien definir qué es normal y lo que nos parece normal no lo es tanto e incluso llega a ser enfermizo o nos obliga a hacer cosas que van en contra de nuestros valores e intereses.
Hay gente que, por ejemplo, folla porque es lo normal. Sí. Así. Tal cual. Si pasan tiempo sin follar, o si no pierden la virginidad a cierta edad, creen no es aceptable socialmente (no olvidemos que puedes consolarte tú misma/mismo), y para no sentirse marginales se fuerzan a follar con personas que quizá no les atraen o con las que no pueden construir vínculos sanos. Follan por no sentirse raros, diferentes, inferiores, y para que no les juzguen ni ridiculicen. Pero luego... se siente mal consigo mismos por haber follado sin desearlo realmente.
Pues así con tantas cosas.
Y hay que tener cuidado con esto.
En primer lugar, porque si una neura es una preocupación excesiva y persistente es porque le estamos dando demasiada importancia a algo. Y, si le damos demasiada importancia a cualquier cosa, su obtención o evitación serán tenidas en cuenta por el cerebro como una cuestión de supervivencia y se esforzará por que toda nuestra atención y recursos se pongan al servicio de esa cosa. Encajar y formar parte puede ser muy importante, sí, pero eso no quiere decir que tengas que hacer todo lo que se supone que es normal ni que debas exigirte caerle bien a todo el mundo.
En segundo lugar, porque, sí, que vale, que no digo que no, que encajar y formar parte es importante, peeero sentirte bien contigo mismo también es muy muy importante. Y si te fuerzas a hacer cosas que van en contra de tus valores e intereses solo por ser normal y así poder integrarte mejor, es posible que muy bien contigo luego no te sientas. Somos felices cuando vivimos una vida coherente con lo que somos.
En tercer y último lugar... ¿no has escuchado demasiadas veces la expresión "vivimos en una sociedad enferma"? Hombre, creo yo que si hay tanta gente con problemas de ansiedad y depresión y tanto aumento de suicidios y de toma de psicofármacos, algo de cierto hay, ¿verdad? Lo que hoy es considerado normal, puede verse más adelante, con más toma de consciencia, como anormal e insano. Así que no tengas tanto miedo a salirte de lo establecido.
Hace poco vi Memorias de un caracol, una peli stop motion de Adam Elliot, el creador de una de mis pelis favoritas, Mary and Max. Ambas obras están protagonizadas por bichos raros, por marginados sociales, por personas no normativas pero de gran corazón y con un valor enorme. Conecto mucho con este tipo de personajes (y de personas) y noto que muchos espectadores también. Y por eso creo, y lo creo con sinceridad, esperanza e ilusión, que se puede ser parte, y lo más importante, ser feliz, no solo desde la normalidad, sino también desde lo genuino, que es lo propio, lo característico.
Es probable que nada se te dé mejor que ser tú mismo. Así que menos ansiedad por ser normal, menos neura. Conócete bien. Acepta tus mierdas, que lo más normal del mundo es tenerlas. Pero descubre tu lado más auténtico y explótalo para sentirte bien contigo mismo y con un entorno que te valore por ser tú mismo y nada más.
Este mundo enfermo está lleno de gente normal. ¡Y lo que necesitamos son más bichos raros como tú!
Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.
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Y nada más, por ahora, más que mandarte este sincero y genuino ¡abrazo!