Desde hace ya algunos años que vengo haciendo, cuando se acerca el 14 de Febrero, el Taller Desarmando a Cupido: eliminación de creencias tóxicas sobre el amor.
El título de este taller puede dar lugar a la siguiente inferencia: David Salinas odia el Día de los Enamorados. :(
Sin animo de defenderme, ya que yo no soy responsable de las inferencias de los demás, diré sin embargo que no es cierto. No estoy en contra de que se celebre el amor, que las parejas se hagan regalos y se den muestras de afecto, que los solteros organicen reuniones para conocer gente nueva, y que El Corte Inglés hoy haga su Agosto... Bueno, a quién voy a engañar, esto último ya no me gusta tanto.
El problema que aparece con el Mito de San Valentín es:
La falsa sensación de obligación.
Ocurre lo mismo que en Navidad. ¡A mí me gusta la Navidad! Vacaciones, fiestas, jamón... ¡Joder, jamón! ¿A quién no le puede gustar la Navidad si se come mucho jamón? :D Sin embargo, esa falsa percepción de que por obligación debemos estar felices, ser solidarios, compartir más tiempo con la familia... La obligación precisamente es lo que nos impide disfrutar de momentos felices y familiares, o de la satisfacción que uno obtiene al realizar actos solidarios, cuando quiere.
Pues el 14 de Febrero, día de San Valentín y de los Enamorados, día en el que el maldito Cupido sale a lanzar sus flecha (¡y cómo se equivoca el mamón!), parece que existe esa obligación de dar amor o tener un amor. Por tanto, deberé exigirme lo máximo para contentar a mi pareja ese día, o deberé esperar mucho de mi pareja porque si no se cumplen mis expectativas significa que quizá algo raro pasa, como que no me quiere, o deberé, si no tengo pareja, sentirme muy triste y buscar con urgencia alguien que llene mi vacío...
Ayyy, cuántas parejas habrán roto,
o se habrán formado,
sin motivos sólidos,
por culpa de San Valentín.
Porque el motivo del amor no debe ser la presión, la obligación o el miedo. El motivo del amor es el deseo, la motivación, el "quiero, el propio amor.
La mayoría de la gente piensa que el Mito de San Valentín lo creó El Corte Inglés por razones, evidentemente, comerciales. No es cierto. El mito se generó porque en la Roma Católica del Siglo III estaba prohibido que los hombres jóvenes se casaran, para que fueran a la guerra sin ataduras y combatieran mejor. Un sacerdote desobedeció esa prohibición, casando a los jóvenes enamorados en secreto. Ese sacerdote se llamaba Valentín.
Pero fue en el S.XX, en nuestro país, Galerías Preciados (y no El Corte Inglés) quien volvió a popularizar el mito de San Valentín para incentivar las compras. En muchos países del mundo, sobre todo en Sudamérica, se celebra el Día del Amor y de la Amistad.
Yo quiero dedicar hoy este post a todos los enamorados: enamorados de sus parejas, de sus amigos, de sus familias, de los animales, del planeta, de la vida... Y del jamón, claro que sí, ¿por qué no? Enamorados de la risa, de la alegría y de la psicología, como ciencia que previene y trata trastornos mentales y del estado de ánimo, y por supuesto, también como ciencia que promociona la salud mental a través del estudio de la felicidad.
Y a los enamorados del amor libre. No me refiero a esas personas que deciden, libremente y por mutuo acuerdo, estar ligadas sentimental y/o sensualmente a varias personas a la vez (que, oye, me parece fantástico). Pero no, sobre todo dedico este post a todas esas personas que tienen la valentía, el coraje, y el suficiente amor propio para amar cuando quieren, a quien quieren y de la forma que quieren. ¡Va por vosotros, porque sin dudas, sois las personas más románticas del mundo!
Esta tarde estaré hablando de Cupido y la madre que lo parió y otros temas en Metro Radio.fm, en algún momento entre las 20:00 y 21:00 hora española. Un abrazo y a disfrutar del amor, en sus múltiples significados, hoy, mañana y siempre.