EL TRASTORNO POR ESTRÉS POST TRAUMÁTICO

04/12/2017

Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL: el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de psicólogos de toda España que contestamos consultas en torno a problemas de depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.

 

Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo, publicando algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.

 

Esta semana: el trastorno de estrés post traumático, una caso real sobre un accidente y sus secuelas, y que nos servirá para conocer este trastorno y qué se hace desde la psicológica para tratarlo y superarlo.

 

CONSULTA

 

Quisiera contar mi experiencia: a los 16 años tuve un accidente, me caí de un caballo y eso marcó mi vida. Estuve en terapia intensiva y con un párpado caído, mi cara estaba hinchada producto del golpe, tuve un shock post traumático. Han pasado los años y no lo puedo asumir, he ido a psicólogos, psiquiatras, pero se acerca la fecha de mi accidente y me siento intolerante, todo me molesta y lloro muchísimo. Quisiera algún consejo para aliviar el dolor que siento.

 

RESPUESTA

 

El trastorno por estrés post traumático (TEPT) es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas específicos tras la exposición a un acontecimiento estresante especialmente traumático para el individuo, ya que es percibido por éste como una amenaza o una catástrofe. Estos síntomas suelen ser: recuerdos angustiosos, reacciones fisiológicas intensas, reacciones disociativas en las que se revive el trauma, y un malestar psicológico y emocional intenso y persistente.

 

Una de las estrategias más usadas en terapia para tratar este trastorno es el método catártico, que consiste en la liberación de las emociones que quedaron suprimidas en el momento del trauma, a través de recordar el mismo de una manera objetiva: contándolo. Cuando hacemos esto, una y otra vez, conseguimos romper la cadena entre el acontecimiento traumático y la reacción emocional asociada, e integrar aquél en nuestra experiencia de vida. La persona acaba siendo consciente de que lo que pasó fue una experiencia negativa y no deseada, pero… que ya pasó, que terminó.

 

Si no puedes acudir a terapia, te recomiendo entonces hablar del suceso con tu círculo más íntimo primero (familiares, amigos…) y después con personas de menos confianza. Sin tratar de reprimir tus emociones, pero tampoco valorándolas de modo exagerado. Es normal que el recuerdo del trauma te haga sentir dolor, pero si evalúas ese dolor como algo natural, incluso necesario, acabará teniendo un efecto curativo. Un mantra budista es: “La salida del dolor es a través del propio dolor”. Ánimo, un abrazo.

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