¿Nunca te has preguntado porque te resulta más fácil ayudar a otros que a ti mismo?
Pasa, ¿verdad? Algunas veces somos capaces de mantener la calma y ofrecer sabias recomendaciones a personas que están en crisis, pero cuando soy yo quien entra en crisis, ¡a ver quién es el guapo que me ayuda a mí ahora!
Tú eres ese guapo o guapa.
Si tienes esa capacidad para con los demás, ¿por qué no la vas a tener para contigo mismo?
Pero hay que saber usarla, y a veces resulta sumamente difícil porque nos sentimos atrapados por nuestros propios pensamientos autosaboteadores y el remolino de emociones que los acompañan.
Hay una llave que nos puede liberar de ese encierro, y tiene forma de lápiz.
ESCRIBIR.
Porque cuando escribo sobre cómo me siento y por qué, y reflejo qué me estoy diciendo a mí mismo para sentirme así, consigo poner distancia entre mi mundo interior y yo.
Ya no estoy dentro del torbellino emocional, ahora estoy fuera, y estoy observando mis pensamientos y emociones, atrapados en el papel.
Y entonces adquiero perspectiva, puedo objetivar, racionalizar, y darme tan buenos consejos como los que doy a familiares y amigos, si me pregunto: ¿qué puedo hacer para resolverlo, si es que tiene solución, y si no: qué puedo hacer para simplemente sentirme mejor?
La Escritura-Terapia es un recurso tan poderoso como la Meditación, el Mindfulness o el Diálogo Interno, para ser capaces de observar nuestro mundo interior y dominarlo.
Para no quedarnos atrapados en él... y ser más libres, y por ende, más felices.
Principales utilidades de la Escritura-Terapia:
- Facilita la expresión y comprensión emocional.
- Nos sirve para ordenar ideas.
- Descubrimos conflictos internos y ayuda a su resolución.
- Nos proporciona un análisis de la relación entre lo que sentimos y pensamos y la propia conducta y su funcionalidad.
- Mejora nuestra autoconciencia y autoconocimiento.
- Nos ayuda a desahogarnos al facilitar la catársis emocional.
- Conseguimos observar nuestro estado interior desde una perspectiva externa y por tanto más neutral.