Hay personas que suelen lamentarse de tener muy mala suerte en las relaciones de pareja. Van de relación en relación, o bien nunca acaban de cuajar y tener una relación que dure más allá de los primeros meses, del "vamos a conocernos". Tanto si eres una de esas personas, como si conoces a alguien (que seguro que sí) que encaja en el tipo, o si simplemente te interesa aprender más y mejorar en el área del amor, este post puede ayudarte.
En primer lugar, nada de estigmatizaciones, ¡fuera culpas y fuera automachaques! El amor es un encuentro, y es absolutamente normal que haya desencuentros, y la responsabilidad es compartida. Que hayas tenido muchas relaciones que no han funcionado, o muy pocas relaciones o ninguna, no te convierte en peor persona que nadie. La culpa puede ser muy incapacitante, la "etiquetización" también ("yo soy así, el amor no es lo mío..."). A través de detectar en qué fallamos y tratar de mejorarlo se crece, a través de la culpa y el estigma no. Por otra parte: las relaciones románticas son un área más de la vida que puede estar satisfecha o no, pero no son lo único. ¿Qué hay de las relaciones laborales, sociales, familiares? Que te vaya mal en el amor no significa que seas un cero a la izquierda o que estés gafado. Es importante detectar las fallas de uno mismo para poder transformarlas. Y todos tenemos defectos, así que no te infravalores.
En segundo lugar, partiendo de lo anterior, es imprescindible, si quieres empezar a mejorar en el área de las relaciones románticas: que te conozcas. Hacer introspección: observación de los pensamientos, emociones y conductas. Saber qué te gusta, qué quieres, qué te molesta pero estás dispuesto a tolerar, qué detestas,... El segundo principal motivo por el cual a muchas personas les va mal en el amor es que no se conocen a sí mismas ni saben lo que les gusta o quieren, y sus elecciones entonces responden más al azar, a los impulsos sexuales o al deseo de no estar solo, en lugar de a una auténtica motivación por compartir la vida con alguien con intereses y valores comunes.
En tercer lugar, aunque el autoconocimiento es esencial, ya que cada caso es único, y por tanto las causas de por qué a las personas les va mal en las relaciones románticas son múltiples, complejas y singulares, SÍ que hay un primer principal motivo común por el cual a las personas le suele ir mal en el amor: cómo piensan el amor. Nuestras creencias y pensamientos. Porque nuestras creencias y pensamientos determinan nuestra manera de sentir y actuar, no respecto hacia las relaciones románticas, ¡respecto a todo, respecto a la vida! Así:
- Si pienso que las relaciones románticas son lo más importante en la vida y sin ellas no se puede ser feliz (exageración: hiperromanticismo), será fácil generarse ansiedad que derive en conductas de autoboicot: agobiar demasiado a la otra persona (apego ansioso), dependencia emocional y conductas celotípicas por miedo a perder "la felicidad".
- Si pienso que todos los hombres o mujeres son iguales (generalización) fácilmente sentiré miedo a que me hagan daño y desconfianza hacia cualquier persona, lo que me llevará a adoptar actitudes defensivas que seguramente acabarán en la consecución de la profecía autocumplida: cuando yo mismo provoco, de manera inconsciente o involuntaria, el mal que temía.
- Si pienso que si me embarco en una relación es para que la otra persona me haga feliz (mito de la media naranja), me sentiré muy frustrado al comprobar que la otra persona es imposible que cumpla todas mis expectativas, y convertiré en conflicto grave cualquier diferencia o carencia.
Las alternativas racionales a estas tres creencias que he puesto de ejemplo, podrían ser: las relaciones románticas son importantes pero como otras áreas de la vida, y mi bienestar no se circunscribe a un área en exclusiva; cada persona, más allá de los rasgos comunes y de los estereotipos, es única e irrepetible; y mi felicidad no me la tiene que dar nadie, me la debo dar yo, depende de mí.
¿No nos iría mejor si pensáramos así y actuáramos en consecuencia?
De ahí la importancia de pensar bien (de manera sana, racional y funcional) sobre el amor. Porque existen multitud de creencias falsas sobre qué debe y cómo debe ser el amor: mitos, falacias, prejuicios... Y la consecuencia de toda esa "diarrea mental" es que sufrimos más el amor, que disfrutarlo.
Desde hace cinco años vengo aportando mi pequeño grano de arena para derribar viejos esquemas mentales y desaprender estos prejuicios, a través del Taller Desarmando a Cupido: eliminación de creencias tóxicas sobre el amor. Un espacio para cuestionar nuestras maneras de pensar, y por ende de actuar, que espero sirva para mejorar nuestras relaciones, no sólo románticas sino con todo tipo de seres queridos, y por supuesto, la más importante: la relación que tenemos con nosotros mismos.
Pensar bien, para sentirse bien con uno mismo, y amar mejor a los demás.
Si está en Málaga el próximo sábado 10 de Febrero espero verte allí, y si no, como siempre, ¡recibe este abrazo!